NUESTRA
EXPERIENCIA
-Manuela Ríos
-Salomé Clymer
-Paulina Tejada


"Anteriormente ya había tenido la posibilidad de hacer este grato recorrido con los Aguapaneleros Maki Waylluna; y con cada una de estas visitas, puedo confirmar lo grato que es poder aportar un granito de arena a cada una de estas personas que tanto nos necesitan, ya que por las grandes dificultades que se nos presentan en la vida, han caído en este estado. La sensación de poder estar tan cerca y compartir con todos estos habitantes de la calle, con una excusa tan simple como una agua de panela con un pan, algo que es tan común y simple para cada uno de nosotros y para ellos posiblemente lo mejor que les pasa en el día. Cada recorrido hecho tiene experiencias diferentes, con sentimientos encontrados como tristezas, alegrías y un poco de rabia con nosotros mismos, ya que solo en momentos como estos logramos valorar cada una de las cosas que nos rodean; Es como Salir de la burbuja en la que vivimos y ver la realidad de nuestro mundo, un mundo consumista, un mundo malagradecido."

"La vida está llena de experiencias, en algunos casos malas y en otros buenas y a la vez enriquecedoras. En lo particular, la experiencia vivida con los Aguapaneleros de la noche fue una experiencia buena y enriquecedora, que trajo consigo una gran lección para mi vida y unas ganas incalculables de continuar con este tipo de proyectos ayudando a personas que necesitan de amigos que se preocupen por ellos así sea para darles un saludo y brindarles un momento de felicidad y armonía en sus vidas. De igual manera aprendí sobre la riqueza espiritual que trae hacer este tipo de actividades que me ayudarán a formarme como mejor profesional y ser humano. También pude conocer más de cerca sobre la realidad que me rodea y que con unas pocas horas semanales que invierta en esta actividad ayudo a que estas personas puedan sobrellevar su día a día tal vez con una mejor actitud."
"Descubrí qué significa el olor de la aguapanela recién hervida en una pensión en el centro de Medellín. Allá también exploré a qué sabe la buena energía, la entrega y el amor. Conocí el sonido de la escucha y de las ganas con el rechinido de unas rueditas viejas de un carro de mercado, mientras que las luces naranjadas de la calle me mostraron la vida, el desgaste y el rebusque. También toqué la necesidad y la gratitud en un quemón cuando entregaba un vaso de aguapanela caliente.
El recorrido de los Aguapaneleros de la Noche despertó mis sentidios, incitó que mi mente transtitara por cientos de pensamientos y reflexiones e hizo que mi corazón, bien acelerado y contento, se gozara hasta el último minuto compartiendo el amor que habita en él con quienes lo hacen en la calle. A las 12 de la noche, solo queda el sinsabor de que la aguapanela no pudo ser infinita y que este despliegue de emociones tendrá que esperar una semana más para recordar aquel olor, ahora familiar, en una pensión en el centro de Medellín."